Trabajar la estética literaria y la tematología en el relato La cámara sangrienta de Angela Carter mediante el uso de las TIC.
Iris Centella
Universidad de Alicante
La ficción gótica, al igual
que el resto de la literatura, es un campo que el canon ha inundado de voces
masculinas: John William Polidori, E.T.A.
Hoffmann, Edgar Allan Poe, Bécquer, Oscar Wilde, Bram Stoker, H.P.
Lovecraft, etc. Sin embargo, no hay que olvidar que mujeres como
Ann Radcliffe, Mary Shelley y, posteriormente, Emily Brontë, contribuyeron a
elevar este tipo de ficción. Heredera de todas ellas, Angela Carter es
considerada como una de las grandes autoras de la ficción gótica por su obra The Bloody Chamber (La cámara sangrienta), donde son frecuentes las apariciones de la oscuridad, la sangre, las
mujeres, los bosques, los castillos en ruinas, las mazmorras, los espejos, los
cuerpos destrozados, etc. Elementos que bien podrían formar parte de un videojuego de terror. Aunque a veces estos elementos son narrados en clave
siniestra, acercándose a lo sublime, el énfasis recae en lo gótico. Sin
embargo, el conjunto de lo feo, lo grotesco y lo abyecto también están
presentes. El cuento, enmarcado dentro de la corriente estética de lo neobarroco,
explota la intertextualidad literaria y da rienda a suelta al uso y
reinterpretación de tópicos literarios.
La idea principal de esta propuesta es trabajar estos elementos mediante el uso de las TIC; creando un videojuego sobre la historia de «La cámara sangrienta», donde el jugador, mediante un personaje (en tercera y primera persona), aprenda a diferenciar las categorías estéticas de lo siniestro (el marido de a protagonista), lo sublime (el sentimiento de placer y displacer erótico que tiene la protagonista), lo feo (el sentimiento de dolor o en la propia muerte), lo abyecto (la sangre), lo gótico ( el castillo en ruinas, desolado, tenebroso), etc. Además, para superar los diferentes obstáculos el jugador deberá saber con qué historias dialoga el texto de Angela Carter (Barbe bleue, El fantasma de la ópera, Drácula, etc.) y los tópicos con los que la autora juega (homo homini lupus, beatus ille, tepus fugit, etc.).
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