¡Buenos días! aquí os dejo la reseña de El verdadero final de la bella durmiente. La he publicado en www.entrelectores.com, una red de lectura muy interesante y a la que creo que podríamos darle mucho uso.
¡Espero que os guste!
El libro objeto de reseña fue
escrito por la novelista y académica Ana María Matute. Esta se inició en el
mundo de la literatura desde bien joven, pues con tan solo dieciocho años
escribió su primer libro Pequeño teatro,
publicado años después, con el que obtuvo el Premio Planeta en 1954.
A partir de ese momento, continuó
con su labor como novelista y esto le permitió seguir ganando importantes
premios literarios. Asimismo, trabajó como lectora en diversas universidades de
Estados Unidos y fue colaboradora en varias asociaciones de hispanistas.
Un hito relevante en su trayectoria
tuvo lugar en 1998 cuando ingresó en la Real Academia de la Lengua española
siendo así, la tercera mujer en formar parte de la RAE en trescientos años.
Por
tanto, en la figura de esta novelista se observa un amplio bagaje cultural y
literario que le permitió desarrollarse como escritora en distintos ámbitos
como la novela de posguerra o como el cuento. En este sentido, El verdadero final de la Bella Durmiente
es un cuento que se ubica en el terreno de la literatura juvenil, dado que el
tema principal procede directamente del cuento tradicional titulado La Bella Durmiente del bosque de Charles
Perrault.
De este modo, tomando el hipotexto
de Perrault, Ana Mª Matute reescribe la historia actualizándola y subvierte
algunos elementos propios del subgénero del cuento.
La historia de Matute parte
del final feliz conocido gracias a la versión cinematográfica de Disney – basada
en el cuento de los hermanos Grimm, lo que se configuraría como el hipotexto de
la película – y, basándose en la versión de Charles Perrault, comienza a
reescribir el cuento. En él, Bella y el príncipe Azul emprenden un largo viaje
hacia el reino del príncipe, periplo que comienza por un camino verde, repleto
de fauna y flora que ameniza el mismo y que causa una inmensa felicidad en
Bella, pero que paulatinamente se convierte en un lugar frío, oscuro que genera
cierta inquietud en la joven.
Llegados al reino del príncipe, Bella
conoce a la reina madre Selva, una mujer de aspecto gélido, extraño e
inquietante. Días después, habiendo partido el príncipe a las tierras del
enemigo de su padre para luchar contra él, Bella y sus hijos – Aurora y Día – quedaron a cargo de la inquietante reina Selva.
El desconcierto que representaba la
reina se ve confirmado cuando pide a su cocinero Rago que cocine, primero, a su
nieto Día, después, a su nieta Aurora y, finalmente, a Bella. Este, con ayuda
de Silo consiguió engañar las tres veces a la reina asando animales de las
mismas características que las víctimas. No sin temor, Rago y su mujer, Erina,
mantuvieron a los tres a salvo hasta que fueron descubiertos y condenados a
morir cocinados por la propia reina. Teniendo preparativos listos para su
propósito, llegó el príncipe y Selva, al saber descubiertas sus intenciones, se
lanzó dentro del gran caldero con agua hirviendo llevándose con ella todo su
séquito de animales y criaturas fantásticas.
La
valoración de este cuento es positiva en tanto que se trata de una narración
que se basa en un cuento para, desde el propio conocimiento del subgénero,
romperlo o, al menos, cambiar algunas de las características propias del cuento
tradicional.
En esta línea, podemos observar una
estructura muy delimitada en tres partes – El
príncipe y la princesa, Historia de
la reina madre y algunas cosas más y La
madre y los niños – que comienza siguiendo un eje lineal y cronológico de
los hechos, pero que en la segunda parte se rompe retrocediendo en el tiempo
para narrar el origen o la genealogía de la reina Madre. En el cuento de
Charles Perrault también se habla del origen de la reina Madre, no obstante, no
se quiebra la linealidad del cuento, sino que se introduce su procedencia a través
de lo que cuenta un personaje.
Otra
alteración del cuento tradicional, es que la narración no es breve, sino que es
un cuento extenso debido a que Matute se recrea en mostrar algunos aspectos que
no forman parte del subgénero del cuento: la evolución psicológica de Bella. En
el cuento tradicional, los personajes no evolucionan, sin embargo, en esta
historia, hay un paso de la infancia, de la inocencia de Bella, al mundo
adulto, a la conciencia de los posibles peligros a los que se puede enfrentar
en la vida real fuera de su castillo de cuento donde todo era felicidad. Así
pues, se advierte de principio a fin la evolución de una joven inocente e
ignorante que viaja desde la irrealidad y la ficción del cuento hacia la vida
real, una vida que presenta obstáculos y peligros.
Cabe señalar además, que
la estructuración ya mencionada permite una fácil lectura dado que los títulos
de las partes indican de manera clara el contenido de cada una de las mismas
que, además, están perfectamente conectadas entre sí. De esta forma, los
lectores entenderán mejor ese salto cronológico, pues de estar todo integrado
como parte del cuerpo de la narración podría llevar a confusiones, sobre todo
en lectores jóvenes que no tienen todavía una capacidad literaria demasiado
desarrollada.
Por
todo esto, El verdadero final de la Bella
Durmiente sería un cuento ideal para alumnos de segundo de ESO – 13 o 14
años – que están emprendiendo ese viaje hacia la adolescencia, un camino
pedregoso en el que comienzan a encontrarse con situaciones adversas con las
que tienen que lidiar ellos solos, sin ayuda de un “príncipe” que los rescate,
y ante las que tienen que despertar y ser fuertes para superarlas. Asimismo, el
cuento finaliza con una moraleja que lleva al lector a reflexionar:
Pero debe suponerse que, tal y como suelen terminar
estas historias, fueron todos muy felices. Aunque la Princesa nunca más sería
tan cándida, ni el Príncipe tan Azul, ni los niños tan ignorantes e indefensos.
Esta moraleja indica que la
princesa, el príncipe y los niños evolucionaron, dejaron atrás esa infancia,
esa irrealidad del cuento y se vieron obligados a salir al mundo real, un mundo
en el que, como indica Matute, hay que prescindir de la ignorancia para pasar a
ser consciente de lo que sucede alrededor para superar las adversidades.
Por tanto, podría
decirse que El verdadero final de la
bella durmiente presenta el viaje de la vida, el crecimiento, el transcurso
de la infancia hacia una adolescencia que puede convertirse en un camino
sombrío, lóbrego, que genera muchas preguntas en el interior de los jóvenes y
que les acerca a la vida real con sus elementos positivos y negativos.
Asimismo, ciñéndonos a lo literario,
muestra cómo los géneros tradicionales pueden modificarse generando en el
lector cierta madurez lectora para poder comprender correctamente el sentido de
la historia. De este modo, este libro nos permitiría el trabajo del subgénero
del cuento y sus características, poniendo como ejemplo el hipotexto de esta
obra para que los alumnos puedan conocer, por un lado, cuál es el cuento
original y, por otro, las diferencias entre ese y el que ellos conocían
previamente; como también nos serviría para trabajar la ruptura de un género
literario con el objetivo de hacerlo más complejo.
Publicado por: Érika Pastor
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