lunes, 28 de mayo de 2018

La educación en 2030


Nací en 1993. Aquella era la era de la televisión, de las series… Y de jugar en la calle. Pero no fueron tiempos fáciles, cada vez que quería hacer un trabajo sobre un tema concreto, no podía googlear y leer durante horas sobre aquello que versaba el trabajo. Tenía que tirar de enciclopedias, y eso, si las tenías. Gracias a mi padre tenía muchas, que no servían para mucho más que eso: mis trabajos del colegio. Ah, y para coger polvo.

 Mientras escribo esto siento que ha pasado un milenio. Tuve la suerte de estudiar en la Universidad y todo esto había cambiado. Si hubiese tenido que recurrir a libros y a enciclopedias todo el tiempo para cualquier trabajo, hubiera muerto enterrada entre ellos. Internet. Desde el móvil, desde el ordenador, desde la Tablet... podíamos buscar cuánto quisiéramos todo el tiempo. Era el futuro. Y qué engañada estaba…

 Ahora, como docente, me dirijo al instituto, ¿y cómo puedo explicarles a los alumnos cómo eran los noventa? No me creerían. El PowerPoint ha desaparecido. Obviamente, los móviles ya no están prohibidos en el aula. Todos tienen uno implantado en la muñeca. Desde ahí, pueden hacer todo: se cogen apuntes, se toman fotografías, utilizan la calculadora… Pero ya no es necesario ir cargado al colegio. ¿Recordáis cuándo teníais que llevar todos esos libros de texto en la mochila? Están en ese dispositivo de la muñeca.
        
 La realidad virtual, que a mí me parecía algo salido de otro planeta, ahora está empezando a quedarse anticuado. Lo probé por primera vez en 2017, pero ahora, estamos en 2030… Aún no volamos, pero el aula es totalmente diferente a la que yo conocí. Y que siga cambiando.






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