¡Hola compañer@s! Os dejo en esta entrada mi reseña sobre Caperucita roja en Manhattan, un libro increíble para trabajar la tematología en el aula =)
Martín Gaite, Carmen
(1990): Caperucita en Manhattan.
Madrid: Siruela.
«La ciudad de Nueva
York siempre aparece muy confusa en los atlas geográficos y al llegar se forma
uno un poco de lío. Está compuesta por diversos distritos, señalados en el mapa
callejero con colores diferentes, pero el más conocido de todos es Manhattan,
el que impone su ley a todos los demás y los empequeñece y los deslumbra»
(Martín, 1990: 13). Así es como empieza uno de los libros más conocidos dentro
del panorama literario juvenil español, Caperucita
en Manhattan de Carmen Martín Gaite, ganadora del Premio Nacional de
Literatura en 1978 por El cuarto de atrás,
el premio Príncipe de Asturias en 1988, el Premio Nacional de las Letras en
1994, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes en 1997 y la Pluma de Plata
del Círculo de la Escritura en 1999, entre otros. Carmen Martín Gaite nació en Salamanca
el ocho de diciembre de 1925; se licenció en Filosofía y Letras en la
Universidad de Salamanca y, al principio de su carrera, trabajó como actriz en
varias obras de teatro. Más tarde, al conocer a Ignacio Aldecoa, se introdujo
en el mundo literario de la Generación del 55, también conocida como Generación
de la Posguerra. De esta manera, en 1955 publicó su primera obra, El balneario, que fue galardonada con el
Premio Café Gijón, al que le siguió el Premio Nadal por Entre visillos. Después de escribir varias obras de teatro como A palo seco o La hermana pequeña, se decantó por la narrativa con Las ataduras, Ritmo lento, Retahílas, El cuarto de atrás, El pastel del diablo, etc. aunque también escribió poesía, A rachas, y ensayo Desde la ventana: enfoque femenino de la literatura española. Cabe
destacar que en 1972, se doctoró en la Universidad de Madrid con su conocida
tesis Usos amorosos del XVIII en España.
Asimismo, resulta interesante señalar que paralelamente a su labor literaria,
Carmen Martín Gaite colaboró como periodista y crítica literaria en varios
diarios y revistas como El País, ABC,
Revista de Occidente, etc. Finalmente
falleció el veintitrés de julio de 2000.
A grandes
rasgos, Caperucita en Manhattan narra
la vida y aventura de Sara Allen, una niña del barrio de Brooklyn que
representa el alter ego de Caperucita
Roja, pues al igual que ella va con un vestido y chubasquero rojo y le lleva
una cesta a su abuelita. A lo largo de la narración, se nos muestra que el
mayor deseo de esta nueva caperucita es ir a la isla de Manhattan y explorar
sus calles. De esta manera, el sino la lleva, por primera vez, a ir sola a casa
de su abuelita, puesto que sus padres se van a un funeral; por el camino conoce
a una mujer, Miss Lunatic, que, además de fomentar su deseo de libertad, la
llevará indirectamente a conocer a Mister Woolf, alter ego del lobo feroz: un gran empresario multimillonario que
desea hacerse con la receta de la tarta de fresa más exquisita que ha probado
nunca, pues esta se le resiste y le crea frustración y tristeza. Por ello,
engaña a Sara Allen para que vaya en su limusina a dar un paseo por la ciudad,
mientras él aprovecha para ir a casa se su abuelita a “coger” la receta de la
tarta que la niña le ha dado a probar. La sorpresa llega cuando se descubre que
Mister Woolf, años atrás, había estado profundamente enamorado de su abuelita.
Caperucita en
Manhattan se compone por dos partes: Sueños de libertad, que contiene cinco
capítulos, y La aventura, que posee ocho capítulos. Ambas partes se
complementan entre sí y nos muestran con precisión el tema principal de la
novela; el anhelo o ansía de libertad por parte de la protagonista:
Y además ella,
Sara, tenía que quedarse a solas para conocer la atracción del impulso, la
alegría de la decisión y el temor del acontecer. Venciendo el miedo que le
quedara, conquistaría la Libertad (Gaite, 1990: 158).
Esta libertad, que
durante toda la primera parte no posee la protagonista, ya que sus padres la
reprimen, aparece reencarnada a través de la figura de Miss Lunatic que, desde
su aparición, le ofrece continuamente consejos sobre cómo vivir la vida:
Y no olvides una
cosa –le dijo miss Lunatic–. No hay que mirar nunca para atrás. En todo puede
surgir una aventura. Pero ante las ansias de la nueva aventura, hay como un
miedo por abandonar la anterior. Plántale cara a ese miedo (Gaite, 1990: 158-159).
Otro rasgo
característico de esta novela son los valores que esta infunde en el público
juvenil, como la superación al sentido
del ridículo:
De repente se le
pasó por la memoria, como en un relámpago furtivo, aquel miedo a llamar la
atención que sentía a veces cuando volvían de Morningside en el metro de
visitar a la abuela y madre se ponía a lloriquear. Le pareció una escena
absurda, lejanísima, algo irreal (Gaite, 1990: 141).
Asimismo, es importante
el continuo juego que hace con la tematología, concretamente, con
intertextualidad literaria, pues el relato de Carmen Martín Gaite es una
reescritura feminista y actual del cuento tradicional de Caperucita Roja. De
hecho, la propia autora lo plasma continuamente en su escrito:
Miss Lunatic se
detuvo a mirarla y en seguida comprendió por qué le había emocionado tanto
aquella inesperada visión. Le recordaba muchísimo a la Caperucita Roja dibujada
en una edición de cuentos de Perrault que ella le había regalado a su hijo
(Gaite, 1990: 120).
En cuanto a la
estructura del argumento se puede decir que se corresponde con la propia del
género narrativo, es decir, hay una introducción, que presenta al personaje
principal y su contexto; un nudo, que desarrolla la acción mediante dos puntos
de inflexión: el personaje de Miss Lunatic y el personaje de Mr. Woolf; y un
desenlace, que en cierto modo concluye la historia, pues la protagonista logra
encontrar la libertad que tanto ansía.
Es importante señalar que Gaite, además de reinventar el
final del cuento, moderniza la historia y a los personajes para que el
trasfondo llegue mejor al lector. De esta manera, sitúa la acción en una gran
ciudad, Manhattan, y toma como protagonista a una niña de hoy en día, a una
excantante reconocida y a un multimillonario.
En cuanto al lenguaje, cabe decir que el estilo de Carmen
Gaite es sencillo y bastante directo, es decir, es asequible a un lector juvenil
y adulto. También es importante destacar los aspectos morales y sociales que se
tratan en la historia, como los arquetipos; en esta ocasión critica,
especialmente, las apariencias mediante Miss Lunatic y el deseo por el dinero y
lo material.
Por lo que refiere al discurso, se puede decir que este
está ordenado de manera precisa; hay un planteamiento, un nudo y un desenlace.
Cabe destacar que este no es lineal, sino discontinuo porque da saltos en el
tiempo; la protagonista crece a medida que pasa el tiempo. El discurso está constituido,
por una parte, por el narrador en tercera persona; hecho que da una perspectiva
distante. Y, por otra parte, se encuentran diálogos que facilitan la lectura y
la vuelven más amena.
Respecto a los recursos que utiliza la autora en la obra,
cabe destacar el uso de los paratextos, como los títulos, pues resumen a la
perfección el contenido del capítulo. Otro recurso importante es el empleo de
las ilustraciones que también hacen la lectura más asequible y divertida. Asimismo, se debe volver a destacar el factor
sorpresa que provoca en el lector el final de la historia, pues rompe con el
cuento tradicional y deja un final bastante abierto y sujeto a diferentes
interpretaciones. Del mismo modo, se debe resaltar de nuevo la actualización
que hace Gaite del relato a nuestro tiempo; caperucita y el lobo son personajes
que podemos encontrar en nuestra realidad.
Todos los aspectos anteriormente citados nos llevan a
pensar que Caperucita en Manhattan
sería una lectura apropiada para cuarto de la E.S.O., puesto que los alumnos ya
pueden reconocer recursos como la intertextualidad y pueden reflexionar o
valorar los aspectos moralizantes que Carmen Martín Gaite promulga.
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